01 agosto 2005
ZP y la masonería
«”El Gobierno de Zapatero quiere realizar un acto de reconocimiento público a la masonería española que sirva para restituirle el honor perdido durante los años de persecución a la que esta organización se vio sometida durante el franquismo.”»
Esta es la noticia, que no ha de sorprender porque los antecedentes así lo hacían presagiar. La presencia de masones en el Gobierno de ZP parece fuera de dudas tras haberse publicado unas supuestas declaraciones del máximo dirigente de la masonería en España, Josep Corominas, diciendo que en el actual Ejecutivo hay ocho ministros con mandil y de que Ricardo de la Cierva haya confirmado la pertenencia de Zapa-artero a la masonería y ratifique sus sospechas de que varios ministros también lo sean. De la Cierva afirma, además, que "éste es un Gobierno masónico como el Grupo Prisa es un grupo masónico". A ello también hay quien añade que el 11-M fue un típico golpe masónico
Según otras fuentes, parece que Pérez Rubalcaba (Diputado por Cantabria), López-Aguilar (Ministro de Justicia), Fernández de la Vega (vicepresidenta del Gobierno), Solbes (ministro de Economía), Joaquín Almunia (Presidente de la Comisión de Presupuestos del Congreso), José A. Alonso (ministro de Interior), Jesús de Polanco (Gran Capo en la sombra) y Juan Luis Cebrián (su lugarteniente) son destacados masones.
Por otro lado, los papeles de la infiltración masónica se los reparten, al parecer, entre el Gran Oriente de España, disciplinado apéndice del Gran Oriente de Francia, y la Logia Nacional Simbólica, con sede en Barcelona y bastión desde sus comienzos del radicalismo separatista, todo lo cual –incluido el fraccionamiento de España– forma parte de su estrategia de poder.
Si tenemos en cuenta que la masonería antepone sus intereses particulares al interés general y que toda decisión que se deba tomar en política habrá de ser, si no compartida y aprobada por la Logia, sí en el beneficio de esta, comprenderemos el grave peligro que nos acecha y las manos en que hemos caído. Un repaso a las principales líneas de gobierno de la camarilla que dirige la nación no deja lugar a dudas: La persecución de la Iglesia, la destrucción de la familia, la subordinación a los intereses franceses, de cuya masonería depende la española, etc.
Pero lo que sorprende es que quieran recuperar la honra con un acto deshonroso. Y es deshonroso y carente de toda ética que sea organizado por ellos mismos un acto de reconocimiento público de la masonería y de desagravio, para que los españoles les restituyan el honor perdido.
Esta camarilla tiene tan deformada la visión ética de las cosas que no se dan cuenta que auto-desagraviarse es, en sí mismo, una pérdida de cualquier vestigio honorable que les quedase.
Por otro lado, el hecho de que la mitad del gobierno de una nación pertenezca a una secta con 2.200 miembros supondría, a todas luces, la total fractura del sagrado principio de representación que rige la democracia. No olvidemos que durante el periodo de la II república casi la mitad del hemiciclo pertenecía a esta secta, que por aquel entonces contaba con poco más de 4.000 adeptos.
Deberíamos recordar que la democracia sólo les sirve para exigirla a los demás. La masonería, como la izquierda, se sirve de la democracia mientras sirva a sus intereses. En otro caso utilizan con toda desfachatez los modos más dictatoriales. Los deseos de la mayoría no cuentan y diga lo que diga la ciudadanía ellos continuarán con sus planes sin modificar un ápice su línea de actuación. Exactamente eso lo que hemos oído decir a la vicepresidenta De la Vogue en relación con la manifestación de protesta contra la negociación con eta y exactamente eso es lo que está haciendo ZetaP en el tema de los matrimonios homosexuales. La opinión mayoritaria es ignorada cuando no coincide con los intereses masónicos.
ZetaP no sólo es masón, es un tonto útil masón, que a la hora de recuperar el honor es peor.