27 julio 2005

ZP y su Yak-42

Nuevo avión para nuestras FF.AA., el Airbus A400M


Cuando el lamentable accidente del Yak-42 se puso de manifiesto que nuestro ejército no disponía de aviones con capacidad de transporte estratégico y que por ello se hacía necesario contratarlos. Para ello nada mejor que hacerlo a través de la NAMSA, agencia que gestiona los transportes de la OTAN para aquellos países que carecen de medios adecuados y en cuyas manos se confió la idoneidad de los aviones a contratar. La contratación se hace en Bruselas por concurso público y es este organismo de la OTAN el que pone los aviones a disposición cuando son necesarios. El almirante Francisco Torrente Sánchez fue el alto mando que inició las contrataciones con la NAMSA y se ocupó del asunto.

El primer encargo del Ministerio de Defensa a este organismo de la Alianza Atlántica fue la misión de ayuda humanitaria a Mozambique, en febrero de 2000, con motivo de las inundaciones que sufrió este país africano. Pero hasta entonces se habían utilizado, a plena satisfacción, aviones de compañías españolas para los relevos en Bosnia, Kosovo y otros escenarios. Este cambio de política, impulsada por el almirante Torrente, entonces Director General de Política de Defensa (Digenpol), causó extrañeza en medios militares y fue objeto de continuos comentarios que se contratasen aviones comerciales de fabricación rusa, conociendo su deficiente mantenimiento, para llevar a nuestros militares a las misiones internacionales. Sin embargo, estando la oficina de transportes de la OTAN por medio, nadie pensó que pudieran existir tales riesgos reales.

Pero pasó. Y además de atacar al Gobierno de Aznar y cebarse en su ministro Trillo, el nuevo ministro de Defensa Sr. Bono nombró nuevo Secretario General de Política de Defensa (Segenpol), precisamente al almirante Francisco Torrente Sánchez. Quizás en agradecimiento por haberle proporcionado motivos para atacar al PP.

Bien, pues a todo eso, transcurre el tiempo y ahora nos enteramos que, si bien han prescindido de la oficina de contratación de la OTAN (que por cierto aceptó responsabilidades en el caso del Yak-42) y lo gestionan directamente, el ministerio de Bono tiene contratado desde que llegó al poder un avión de transporte dos años más antiguo que el Yak-42, que ha sufrido ya dos accidentes.

Pero cuando el ministro Trillo vio sorprendida su buena fe con un problema que nadie había puesto encima de su mesa y se había quedado en la maraña de la burocracia militar, el ministro Bono está avisado de los riesgos y a pesar de ello, de forma irresponsable mantiene la contratación de unos aviones sobre los que existen dudas sobre sus debidas garantías de seguridad.

Si ocurriera un accidente a uno de los aviones contratados por Bono no existiría atenuante a su “irresponsabilidad criminal”, la misma que imputaron a Trillo. Sin embargo, el que era ministro de Defensa en el Gobierno de Aznar se había ocupado en su día de encargar 27 aviones de transporte Airbus A400M para cubrir nuestras necesidades de transporte militar, con lo cual se dejaría de depender de otros países o de los alquileres para el transporte a larga distancia.

El desarrollo y las pruebas del A400M se efectuarán en Toulouse, y el ensamblaje final en la factoría de Construcciones Aeronáuticas, S.A., en Sevilla, a la que se le han garantizado miles de horas de trabajo. El avión podrá transportar una compañía de soldados completa y convertirse para evacuación de 66 heridos acompañados de un equipo médico de 25 personas, además de distintas opciones de carga.

Hasta su entrega, el Ejército del Aire tendrá que seguir alquilando servicio de transporte para nuestras FF.AA. y la primera aeronave española se entregará en 2011, pero hasta entonces puede volver a pasar lo del Yak-42.

La diferencia será que Bono y Zetapé estaban advertidos.

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Nota:

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